Los plásticos hechos a base de petróleo son un peligro para el medio ambiente y uno de los mayores causantes del calentamiento global. Por eso, no es sorpresa que muchas empresas productoras de plásticos hayan reconocido el problema y se hayan unido a los esfuerzos del manejo, reciclaje y contención de este material.
O, por lo menos, eso es lo que parece. Una investigación rutinaria en la red da a conocer la cruda realidad asunto. Una técnica que quizá conozcas por experiencia, pero no por nombre: el Greenwashing Corporativo.
¿Qué es el Greenwashing Corporativo?
Greenwashing significa promover alguien o algo como un agente de cambio positivo para el medio ambiente, mientras que, tras bambalinas, es todo lo contrario. El Greenwashing Corporativo es lo mismo, pero aplicado a mucha mayor escala para glorificar la imagen de una marca.
Desde Coca-Cola hasta Danone, desde Unilever hasta Nestlé, todas las grandes marcas distribuidoras de productos plásticos utilizan el Greenwashing Corporativo para alzar su reputación en las redes sociales.
¿Cuáles son los métodos de Greenwashing Corporativo?
El Greenwashing Corporativo puede aparecer de muchas formas, pero hay tres métodos, los cuales se aplican constantemente, y son los siguientes:
- Apoyo temporal: Refiere a cualquier forma de apoyo a corto plazo que mejore la imagen pública de la empresa, pero que no solucione el problema desde la raíz. Un claro ejemplo es la limpieza de plástico en las playas. Si bien es un alivio práctico y estético, los desechos volverán a aparecer. Después de todo, las playas contaminadas son solo el síntoma. El problema real es la producción excesiva y el mal manejo de los plásticos.
- Marketing engañoso: Esto refiere a estrategias de contenido y etiquetas que apelan a la sustentabilidad, encubriendo los datos reales de la marca. Un ejemplo de esto es Coca-Cola, la cual activamente apoya causas ecológicas, mientras se mantiene como la empresa número uno en contaminación plástica a nivel mundial.
- Promesas maleables: Involucra prometer una meta de sustentabilidad dentro de cierta cantidad de tiempo. Una vez llegada dicha fecha, se falla, se instaura una nueva meta y se desvía la atención del público, manteniendo el estatus social de la marca. Por ejemplo, Danone prometió que 20-30% de todos sus productos utilizarían PET reciclado para el 2011, solo para mover su fecha límite al 2020 y el porcentaje deseado a un 25% (alcanzando un 19.8% solamente). Irónicamente, y para dar una idea de la gravedad del asunto, Danone es de las empresas que más han logrado implementar el uso del PET reciclado.
¿Cuál es el daño ocasionado por el Greenwashing Corporativo?
Si bien el daño ocasionado por el Greenwashing Corporativo no es tan directo como la huella de carbono o la contaminación de los mares, sí es más insidioso y con repercusiones igual de graves a largo plazo. Esto se debe a la desinformación que genera y su apoderamiento del consumidor.
¿Qué significa esto? Simple. Debido a su alcance, las empresas que practican el Greenwashing Corporativo mantienen desinformado al consumidor promedio. Este último, al ver que sus hábitos de compra están respaldados por dicha publicidad engañosa, no solo continuara formando parte del ciclo vicioso, sino que ignorara marcas e iniciativas sustentables que verdaderamente están luchando para salvar al planeta.
¿Qué acciones se están tomando contra el Greenwashing Corporativo?
Afortunadamente, el Greenwashing ya no es tan invisible como lo era antes. Para probarlo, se han creado varias iniciativas y legislaciones globales para tomar acción contra su práctica:
- El programa de compromiso global: Lanzado por la Fundación Ellen Macarthur, este programa permite que las empresas publiquen sus metas de reducción de uso de plástico en su base de datos. Por ejemplo, Danone y Nestlé han prometido reducir su uso de plástico a base de petróleo a un 33% para el 2025. Sí, las promesas maleables pueden ocurrir todavía, pero, al ser un sitio mucho más público y reconocido que los datos privados de una compañía, la reputación de las empresas está en juego.
- Legislaciones de regulación de plásticos: La cantidad de legislaciones enfocadas en regular o incluso prohibir el uso de plásticos hechos a base de petróleo ha explotado en la última década. Para dar una idea, a principios de los 90 no existían y ahora más de 20 países (entre ellos Colombia y Costa Rica) prohíben el uso de bolsas plásticas.
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