En un mundo cada vez más consciente de la importancia de la sostenibilidad, el problema del plástico se ha convertido en una de las mayores amenazas para nuestro planeta y para las generaciones futuras. Si las empresas, sociedades y gobiernos del mundo no toman medidas inmediatas para cambiar el curso de su consumo y producción de plásticos, nos enfrentaremos a consecuencias desastrosas.
Las proyecciones para el año 2040 son alarmantes si no se implementan cambios inmediatos en todo el mundo: se estima que la cantidad de plásticos que entrarán a nuestros océanos se triplicará. Según el estudio ‘Rompiendo la Ola de Plástico’, realizado por Pew Charitable Trusts y SYSTEMIC, esto se traduciría en un promedio de 50 kg de plástico por metro de costa en todo el mundo. Estas cifras son un llamado de alerta para hacer un cambio en los hábitos no solo de consumo, sino en las decisiones a cargo de los gobiernos de todos los países y el aumento de los objetivos de sustentabilidad de todas las empresas. En este blog, descubriremos qué plan se tiene para evitar una catástrofe ambiental irreversible.
El cambio sistémico a nivel mundial implica una transformación integral en la gestión, producción y disposición de plásticos, abarcando tanto a los gobiernos, las empresas y a la sociedad civil en todo el mundo. Si se logran todos los objetivos actuales establecidos por el sector gubernamental y privado, se estima que solo se reduciría en un 7% la cantidad de plásticos que finalmente contaminarían nuestros océanos para el año 2040. Sin embargo, este panorama podría cambiar drásticamente hasta en un 80% si se implementan de manera inmediata las siguientes seis intervenciones en todos los países del mundo:
1. Reducir el consumo de plástico para así únicamente generar un tercio de los residuos plásticos.
2. Sustituir el plástico por materiales compostables sustitutos del plástico representando un sexto de la cantidad de generación de plásticos proyectada.
3. Diseñar productos y envases reciclables para ir del 24% actual a un 54% de generación de plásticos reciclables.
4. Aumentar la recolección de residuos plásticos tanto en zonas rurales como urbanas en un 50% y 90% respectivamente.
5. Duplicar la capacidad de reciclaje mundial de hasta 86 millones de toneladas anualmente.
6. Disponer de manera ambientalmente segura (sin contaminar el aire, el agua o el suelo) del 23% de los plásticos que aún no se pueden reciclar de manera rentable.
¿Qué impacto tendría?
La creación de 700 mil empleos formales en países de mediano y bajo ingreso, para satisfacer la demanda de los nuevos servicios de plástico sería uno de los efectos más significativos. Este aumento en la demanda no solo proporcionaría una fuente de ingresos más estable, sino que también mejorarían notablemente la percepción social de los 11 millones de recolectores informales de residuos en todo el mundo. Actualmente, su labor es insuficientemente remunerada y poco reconocida, a pesar de que estas personas son responsables del 60% del plástico a nivel global.
Además, al incrementar el porcentaje de plásticos reciclados, se estaría contribuyendo directamente a la salud de las personas. Se dejarían de quemar aproximadamente 109 millones de toneladas anuales de plástico, lo que significaría una reducción significativa en la emisión de partículas, carcinógenos y toxinas que contaminan el aire que respiramos. Este cambio no solo protegería el medio ambiente, sino que también tendría un impacto positivo en la salud pública a nivel global.
Nos encontramos en un momento crucial que demanda acción inmediata y cambios significativos en los objetivos gubernamentales y empresariales. Aunque el año 2040 pueda sentirse lejano, es un futuro inevitable. En este sentido, las sociedades tienen a su disposición productos revolucionaros como desechables biodegradables de Econserve, hechos a base de plantas. Estos productos están transformando el panorama, ofreciendo ventajas inigualables. Desde platos, vasos y cubiertos hasta bolsas camiseta ecológicas, estos productos son libres de micro plásticos y son versátiles en su degradación, siendo también compostables, cumpliendo con los principios de economía circular. Econserve responde a las necesidades de cambio tanto a nivel social, empresarial como gubernamental, ofreciendo soluciones concretas para preservar nuestro futuro.
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