En un esfuerzo innovador para combatir la contaminación del aire, los mexicanos Carlos Monroy Sampieri y Jaime Ferrer han recurrido a una solución sorprendente: las algas marinas.
En diversas zonas costeras de México, comunidades locales están implementando sistemas de purificación de aire basados en la capacidad natural de las algas para absorber dióxido de carbono y liberar oxigeno durante el proceso de fotosíntesis. Estos proyectos se han convertido en un ejemplo de la interacción armoniosa entre la tecnología y el entorno natural.
Desde 2012, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó 7 millones de muertes al año a causa de la contaminación en el aire. En informes más recientes, reveló que 91% de la población del planeta se encuentra expuesta a contaminantes atmosféricos.
Para remediar este problema de dimensión global, la empresa mexicana BiomiTech ha creado BioUrban 2.0, una torre que toma los contaminantes que están en el aire y devuelve aire limpio a la población.
A través de la instalación de estructuras flotantes que albergan algas, se ha logrado no solo reducir la cantidad de CO2 en el ambiente, sino también revitalizar los ecosistemas acuáticos locales al proporcional un hábitat propicio para una amplia variedad de especies marinas.
BiomiTech ha recibido reconocimientos a nivel mundial por su proyecto, y han instalado sistemas en ciudades como Puebla y Monterrey en México.
Esta iniciativa eco–amigable no solo representa un paso significativo hacia la mitigación del cambio climático y sus impactos en la salud pública, sino también una demostración de la capacidad humana para colaborar con la naturaleza en la búsqueda de soluciones sostenibles para los desafíos ambientales actuales.